Entre el Mar y el Limbo
Querida S.S.
Desde que iniciamos este viaje he tratado de pensar en lo que me gustaría compartir; sigue sin ser claro y esto se debe a que, en general, me considero una persona reservada… Pero quizá esa definición sea el primero de mis problemas, y por tanto un punto de partida. Creo que este proceso inició hace casi dos años, digo “casi” porque no lo entendía del todo: era como si todos los años anteriores hubiera estado moviéndome por inercia, desconectada de mi cuerpo y mis emociones.
Últimamente siento que mis pensamientos se mueven en el mar y así se ha vuelto un poco más fácil tratar de encararlos: algunos llegan solos a la playa y me permiten acercarme sin miedo y con total libertad para decidir qué hacer con ellos; otros salen a mi encuentro cuando me sumerjo en las aguas de la mente, siempre sorpresivos pero muchos gratificantes. Hay otros más complicados, a los que debo ir a buscar aun sabiendo que para encontrarlos requeriré de todo mi esfuerzo y coraje; y luego me da risa: ¡siempre me burlé de la vanidad del Capitán Ahab y ahora soy yo quien persigue ballenas blancas!
Situación 1.
Proyecciones
- Una versión de nosotros, idealizada por alguien más, que sabemos era incompleta, pero no nos permiten olvidar
- La empatía: casi sin notarlo estar para otros pronto se convierte en ser para otros, basta un solo acto para que se dé este cambio.
Situación 2.
Equilibrio
En astrología, el signo de las relaciones elegidas es libra, la balanza. Lo que se encuentra en cada plato son Venus y Saturno: deseo (individual) y responsabilidad (con otros) respectivamente. Yo, saturniana, entiendo lo segundo e incorporo lo primero a veces con éxito, otras no tanto…
Aprendí a andar en bicicleta después de ver cómo todos me dejaban atrás, mientras yo aún andaba en triciclo. Fueron días en los que aproveché cada minuto para subirme, y no hubo caída que me separara del objetivo. Doce años más tarde me rompí el tobillo derecho por primera vez, y hace tres años por segunda ocasión. Equilibrio…
Mary Wollstonecraft decía que el verdadero amor nace con la amistad. Yo creo que es cierto, cualquier relación que se fundamenta en la amistad tiene altas posibilidades de permanecer. Así es posible andar con la guardia baja.
El otro día descubrí que en mi ciudad hay una calle que se llama “Limbo”, justamente llegué ahí un día en que llovió y el malecón de la ciudad se desbordó impidiendo el paso al arroyo vehicular -muy irónico, por cierto. Me encontré en esa calle, que de lejos parecía una cerrada, pero en realidad es de ambos sentidos.
| M A L |