De M. para S.

Octubre, 2020

Querida S.

Te hablo del espacio que habito hoy y del que nunca creí salir.

Cuatro paredes blancas, algunas ya escurren por tanta humedad de la lluvia, muy poco, pero pasa. Aún hay libros que creo que acumulan cosas no concluidas. Ninguna pared está completamente terminada, bueno, ya bastante acomodadas están, pero a una le faltan plantas.

Aquí estoy, te estoy contando a ti y a esta habitación lo que hemos pasado. Todos dicen que se encuentra mucha paz aquí, desde antes de nosotras, cuando yo también era diferente. Este espacio es único e indescriptible.

También se oye el tren, también entran luces de todo tipo, también hay amor, confidencialidades entre personas y eso mágico que no sé explicar. Pero sobre todo, hay amor. Debo confesar que la paz, la tranquilidad, la tengo yo al llegar a los espacios, y un poco los espacios en sí.

Sigamos escribiéndole a esos espacios que habitamos. Un día me dijiste que no nos pertenecen y sólo los habitamos. Ahora siento una pauta para escribir sobre eso, sobre los espacios, ¿nunca te ha pasado que dejas cosas olvidadas en una casa y cuando regresas años después las cosas ahí siguen? Es increíble.

Te mando un abrazo grande.

M.