De A. para H.

Humberto, 

Me senté a corregir las ocho cartas que escribí para el seminario, esta es la novena. Hay un hilo que he seguido y me ha llevado a contar, a mentir, a inventar, a encubrir y a descubrir sobre mi vida y la de los otros. Ese hilo es la nostalgia, y he notado que no está presente sólo en mis cartas. Creo que más de la mitad de las cartas que se escribieron por los participantes hablan sobre el pasado, sobre anécdotas o memorias.

Según el estudio “Nostalgia: Contents, Triggers, Functions”, las descripciones de experiencias nostálgicas típicamente incluyen al narrador en primera persona como protagonista y en interacción con “otros” cercanos en un evento momentáneo. Las descripciones nostálgicas suelen mostrar más afectos positivos que negativos, y muy seguido hablan de triunfos subsecuentes a ambientes o escenas desfavorables. Según este estudio, la nostalgia sobreviene a un estado de ánimo negativo y a un discreto estado afectivo de soledad. Luego, la nostalgia refuerza lazos sociales, incrementa la autoestima y genera afecto positivo. Esto, aseveran, demarca una nueva frontera en el territorio de la investigación de la nostalgia.

La nostalgia no es un término griego, sino que esta palabra fue acuñada con la unión de las raíces griegas nostos (regresar a casa) y algos (dolor), por el académico suizo Johannes Hofer en 1688, quien buscaba definir médicamente una serie de síntomas que podían ser sanados con remedios herbolarios. Podemos decir que la nostalgia es el dolor por el hogar que dejamos o que ya no existe, y expresa un sentimiento de pérdida y desplazamiento.

El uso de la nostalgia como recurso expresivo en las artes visuales ha recibido duras críticas en los Estados Unidos, ya que se considera una declaración común de la clase blanca dominante de recordar “the good old times”, por supuesto los tiempos de mayor dominación, racismo y clasismo. No por ello niego que la nostalgia es un buen medio de expresión para cualquier grupo social que se aferra a un pasado valioso culturalmente.

¿Qué es la nostalgia sino un duelo? Un duelo largo que algunas veces se vuelve dulce. Se vuelve un arrullo y placentero ensueño. Me he regodeado en la nostalgia por mi ciudad, por mi juventud, por la maternidad, por una formación que no tuve y una pasión que no viví. Y ahí me gustó estar, es un buen lugar que seguramente los griegos no inventaron por poco racional.

Después de las limitaciones que trajo el encierro de la pandemia, la nostalgia se me ha vuelto (al menos en este seminario) una rebelión contra la actualidad, contra el lugar que ocupo y contra el presente. Me he aferrado al hogar más íntimo que es ser yo misma en cada tiempo que haya sido yo: la que desayuna en el mismo plato, la que reía con la vecina o la profesionista que jugaba a ganar. El dolor por ya no estar ahí se llama nostalgia y seguirá siendo un recurso para seguir adelante.

Gracias por tu tiempo, tu conocimiento y tu interés.

Te abrazo de nuevo,

Aurora