23.10.2020
San Francisco de Campeche, Campeche.
Querido y admirado H.:
He estado pensando en torno a la palabra “poder” y lo que significa. Me gusta la idea de poder como la capacidad de algo o como un conjunto de herramientas útiles, más que como un arma letal fulminante. Pensaba en ti y en cómo yo te conocí, primero de oído, porque Raquel hablaba de ti a menudo como alguien brillante; luego te vi, curiosamente en casa de otra Raquel, mi mejor amiga de Campeche. Habías viajado con una perrita majestuosa, que acompañaba muy bien tu presencia, esa que a primera vista me pareció misteriosa y enigmática, como la de alguien muy sabio, que sabe precisamente a dónde le llevan sus pasos, la de alguien poderoso.
A mí me parece que Raquel también tiene esta suerte de aura. Coincido con lo que Sisu menciona en su carta, es admirable su poder, pero para mí, se trata siempre de esa capacidad de crear, expresar y trascender en el tiempo, adaptándose, reinventándose una y otra vez hasta colocarse nuevamente en ese lugar que, seguramente, muchas quisiéramos experimentar en algún punto de nuestras vidas. La admiro mucho, siempre ha sido así y ojalá lo lea porque tal vez no ha surgido la oportunidad de decírselo mirándola a los ojos.
Últimamente he estado soñando todo lo que escribo, despierto de golpe a las 05:00 hrs. y corro a abrir la computadora portátil para dejar fluir las palabras por mis dedos sobre el teclado. Hoy me desperté con un gran OOOOOOOOOOOOOMMM resonando en mi pecho y en mi cabeza. De inmediato pensé en Raquel, en Sisu y en ti. No sé por qué, a lo mejor es un poder que estoy desarrollando y aún no sé para qué sirve.
Con cariño,
A.