6 de julio, 2021
Luis,
Gracias por escribir. Siento mucho no haber escuchado el gentil ofrecimiento de Humberto, mismo que responde a mi pregunta en la carta que le acabo de enviar. Ha sido un verano ajetreado, no he estado mucho en casa, la última sesión del seminario me quedé sin pila estando en una casa que ya no es mía y adonde llegan muchos familiares a encontrar consuelo.
Qué gusto que te hayas sentido identificado conmigo, me cae bien tu humor cuando intervienes en el seminario. Ya fui a echar una vista a tu Instagram y a las redes sociales del museo donde está tu exposición, “que no es la expo más importante de tu vida”, pero que me ha interesado suficiente para seguir mirando.
Te hice una lista de “coleccionables” y luego le agregué una razón para conservarlos, según la historia de mi vida que no puedes ver completa y se va transformando constantemente (o he transformado):
- Objetos de cerámica que no sean muy abstractos, como figuritas de animales, hadas o duendes (creo en la magia de los seres invisibles mucho más que en los artistas abstractos).
- Platos cursis (mi placer culposo de traicionar el buen gusto en el que supuestamente fui instruida).
- Vasos y copas de cristal de colores, que no sean del mismo juego (tengo un grado de compulsión por el orden y tener objetos que no sean iguales me ayuda a no querer uniformar todo).
- Zapatos feos (mis pies son ridículamente pequeños y los compenso con zapatos extraños y toscos).
A cambio de esta lista te pido que me cuentes si coleccionas algo, quién es Luisa, por qué debería conocerla y qué hay con Puerto Escondido.
Gracias por la música, no había escuchado a Luca Bocci, me recordó a Fito Páez, a quien seguí por años.
Gracias,
Aurora