De A. para Ó.

San Rafael, Estado de México a 14 de junio, 2021. 

Óscar, cuando leí tú carta para R.M. finalmente encontré una conexión que no logré en la carta anterior sobre el poder. No conocía sobre el proceso de iniciación de los niños judíos. Cuando mencionas lo de la gota de miel, me pareció sumamente simbólico, continúe leyéndote y me detuve en el párrafo donde mencionas: 

“Estas últimas semanas, Rafael, he hecho un extenso examen de conciencia para poner en orden aquello que ejerce fuerzas de todo tipo en mí”. 

En la sesión anterior, y no espiritista, surgieron para mí estos cuestionamientos cuando se habló de la forma semántica de los personajes: ¿con qué cargas y bagaje social, cultural, económico, psicológico y geográfico percibo, analizó y vivo mi entorno?

Como un reflejo, en el laboratorio cada asistente hace su lectura y conecta con la obra, causándole empatía, rechazo o indiferencia, entre otros sentimientos y/o pensamientos. Es desde ahí desde donde ejercemos nuestro poder, es la piel con la que percibimos el universo dinámico y nos encontramos en él, generando ondas de choque, diálogo o colaboración. Desde lo cotidiano, lo individual y/o mundano hasta lo colectivo, nacional e internacional; oscilando en múltiples medios como el económico, el social, el religioso, el amoroso, el seductor, el físico, el rebelde y muchos etcéteras. 

De lo micro a lo macro. 

¿Qué dimensión tiene el poder? La de aquel que se levanta a las 3 de la mañana para trasladarse, en algunos casos durante horas, a una fábrica donde ofertará su fuerza física o conocimientos para recibir un salario que le dará recursos para “adquirir bienes” para su familia. O la del empresario cuyo capital le permite ofertar la fuerza laboral. La de una nación que reclama el derecho de territorio a fuerza de balas, bombas o exterminio, la de un grupo de países que se reúne para deliberar el “futuro del mundo” y firman tratados que no cumplen y menos cuando los compromisos no son con sus conciudadanos. La de los medios cuando “informan” la rabia de un grupo de “mujeres” que incendian una presidencia municipal en Hidalgo por la incongruente muerte de una médico en los separos estando en custodia de la policía o la de estos últimos que argumentan suicidio. 

La voluntad humana que no sé si sea un poder o si tras ello se adquiera poder. Es algo que me maravilla, cómo ha sido en estos tiempos de pandemia, donde brilla como un sol la entrega del sector salud en el mundo, la de los prestadores de servicios, desde el del mercado hasta el trasporte público, y muchos otros que formaron una cadena para que no se suspendieran el abasto y los servicios; la unión en redes para apoyar a personas que no contaban con recursos para hacer frente a los gastos que genera la COVID 19. 

Para mí es como la luna, con un lado luminoso y hasta tierno, y otro oscuro, al igual que el planeta. Y hablando de eso, espero que la lluvia no haya causado estragos en tu hogar o persona, ya que desde mi terruño han sido torrenciales lluvias. Pero traerá la cosecha. 

Que sea una bella noche y nos vemos el miércoles. Desde la montaña,

Amaranta