De A. para Z.

Hola, Z.:

Qué agradable leer a una mujer soñadora y fantasiosa que ya descubrió que un gran amor se construye de pequeñas cosas. Fue inevitable percibir el amor, la admiración y la felicidad que te produce pasar tu vida al lado de tu pareja. Pertenezco a la generación en la que lo importante era mantener el matrimonio hasta el final, aunque la pareja fuera infeliz, así que me alegro muchísimo de que las mujeres jóvenes, como tú, hayan decidido dejar atrás esa espantosa concepción.

Yo descubrí de muy amarga manera que los amores de cuento no existen, así que admiro y envidio esa claridad que percibo en tus líneas. En ellas dices que tratas de evitar a las personas tóxicas pero, ¿qué pasa si no te das cuenta de que vives con alguien que camufla su toxicidad con sonrisas, atenciones y regalos? ¿Cómo saber si una es la tóxica? ¿Qué pasa si cada uno mantiene unida la relación a base de toxicidad disfrazada de felicidad? Te confieso que después de un duro divorcio sigo meditando sobre estas preguntas. Hasta ahora, lo único que he sacado en claro es que no me daba cuenta de que mi relación era tóxica, ¿cómo lo sé? Porque ahora que estoy sola me siento más feliz y más en paz que nunca, ¡quién sabe qué era esa “felicidad” que yo creía vivir cuando estaba casada!

Hoy me doy cuenta de que los “buenos tratos” de mi exesposo eran su manera de compensarme por su larguísima lista de amantes. ¿Yo lo sabía? ¡No! Increíblemente en 20 años jamás me di cuenta de nada, hasta que vi accidentalmente un mensaje. En tu carta hablas de que cada persona trae al matrimonio una maleta y no puedo estar más de acuerdo contigo. Tal vez debí hurgar un poco en la de mi ex y antes de eso, poner en orden la mía. Hoy sé que en una separación no hay héroes ni villanos, cada uno es responsable del truene al 50%, y a su vez cada quien es responsable al 100% de su 50%.

A pesar de que ya pasaron cinco años desde que mi matrimonio se desmoronó, cual galleta remojada en café, sigo creyendo en el amor. He estado soltera todo este tiempo porque me he dedicado a poner en orden mi propia maleta, pero saber que a mi alrededor hay personas que viven relaciones amorosas maduras, como la que percibo en tu carta, me hace sentirme optimista. Gracias.

A.