De D. para L.

Julio 13, 2021

Mérida, Yucatán

Lara, he estado pensando en ti. Desde un comienzo me puse por propósito escribirles a todos una carta, y pensé que ya lo había hecho. Después de releerme todas las cartas llegué a la conclusión de que tal vez no lo había logrado. Como tú, he tenido muchos problemas conectándome. Yo escribo desde Mérida, y mi correo va a California y de vuelta a Mérida antes de que aparezca en tu ordenador. 

Gracias por tus comentarios del día 30, me encantó tu forma de expresión, su brevedad y tono reflexivo. Tu reciente carta a H. hizo que te admirara aún más por tu suave y delicada textura de agradecimiento y amabilidad. 

Este proceso ha sido una experiencia fascinante y maravillosa donde he aprendido mucho de cada uno de los participantes y de los personajes, claro, incluyendo a los autores y sus obras en totalidad. Nuestras cartas, que trataron de crear una intimidad entre personas relativamente desconocidas, han sido un desafío intenso, porque requiere que fabriquemos algo que puede que no exista, pero nos demandaba ser honestos. Sólo fragmentos de nuestro ser pueden ser encapsulados en unas frases enlazadas a referencias y temas, algunos ajenos a nuestra realidad. Tratar de ubicarnos en estos personajes y lecturas para crear nuestra propia narrativa, requiere un esfuerzo, así como dejar claro quiénes somos y darle la oportunidad a otros de crear una intimida con nosotros, evitando fricciones o malos entendidos. Para aquellos que son expertos en literatura, narrativa, escritura creativa, puede ser un trabajo relativamente simple, y aún más cuando escriben en su madre lengua. El aprendizaje de la metodología requiere tiempo

Cuando me encontré en California después de vivir 19 años en New York, descubrí que tenía que manejar si quería sentirme libre. Una señora China que hablaba poco inglés fue asignada por la agencia, me ordenó prender el auto y a unas cuadras me llevó a tomar Highway 101 destino a San José. El zumbido de los camiones me sacudió como a un pájaro después de algo sorprendente. Yo tuve que despejar mis nervios y enfocarme como pudiera. Igual fue mi experiencia en este seminario. Como para Gibrán, este también es mi primer seminario virtual y mi primer seminario literario. Apenas comienzo a relajarme y a acostumbrarme a respirar las enseñanzas que trae consigo. A veces, al aprender, rompemos nuestros propios moldes y los de los demás en busca de obtener una visión. Recuerdo cuando leí a García Márquez por primera vez, y comparando su escritura con la de Kafka, uno de mis favoritos, descubrí la magia de su arte. Márquez tenía la capacidad de presentar en sus obras el espíritu auténtico colombiano. Al hablar cualquier tema narramos libretos

Aunque yo crecí fuera de mi país natal, llevo su cultura y su estilo aún bien marcado, como una parte fundamental que me identifica. Es fascinante, ¿no crees? Cómo nuestra infancia y sus experiencias, los eventos y esas cosas que llegamos a amar, cómo nuestras raíces dejan una marca que es indeleble, no se desvanece, y casi no se puede suprimir. 

Sabes, a mí me pasó lo contrario, y claro, ya sabes por qué. Yo dije que no al leer en Una forma de vida que “las cartas deseadas son las breves”. A mí me encantan las cartas que me llevan al abandono y me transportan a otro mundo alterno. La brevedad la dejo para las transacciones. Sabes, disfruto también el exceso, como los festejos del 4 de Julio en América, con sus luces artificiales, el recibir el año nuevo, una celebración de sorpresa, celebrar la Copa de Europa en compañía de amigos o extraños. También me encanta cuando hay carencia, porque me lleva al deseo de construir con ingenio y a recordar y a vivir. Se dice que un artista prueba su talento cuando hay carencia. No sabes cuánto deseé tener unas cartas largas de mi padre, así como también deseaba a los 4 la brevedad de un sermón. 

El rigor impuesto nunca me ha gustado adoptarlo si no nace de mí. Es mi espíritu rebelde que sale a tomar aire, como el de Boaz. ¿Aún practicas el baile? A mí me encanta. El sábado tomé una clase de tango y me enseñaron “la mordida” también, la importancia de la entrada y la salida. 

Excusa mi tardanza y las líneas extras, las escribo de corazón. Gracias por leerme, aunque pueda ser que tarde. Si no llegas a leerla, no importa. En este proceso me ha faltado el tiempo para escribir y lo hago a las carreras. 

Diana