María Elena,
Decidí escribir una carta con la cual hacer contacto con todos, pero al comenzar a leer las cartas, tu nombre fue el primero que saltó a mi atención con tu carta para Eugenia.
¡Hola! Te saludo esperando que te encuentres bien. Excusen todos la confusión mía durante nuestro último encuentro. Elena, es un gusto conocer las diversas personalidades de los participantes y de los personajes que vienen a ser parte de este proyecto.
Me pareció asombroso que el inicio de tu carta encajaba con el tema de las cartas de La caja negra de Oz y la forma como inicia su diálogo. Me gustó mucho tu punto de vista y el sentimiento expresado y declarado: “quiero quererlos, porque de algún modo he unido mi vida a la de ustedes”. ¡Eso es bello! Quiero decir, el acto de decidir dar amor incondicional. Gracias por compartir tus sentimientos en la intimidad de tu pensar, y esa realidad tuya tan en contraste con el sentimiento imponente que expresa Halina-llana en sus cartas a Alexander. El deseo de poseer y dominar a Alex como a su hijo, es lo que le causa placer a Halina. Este deseo me lleva a tratar de pensar si me he visto en una situación similar, me viene a la memoria un personaje que, por su apasionada creencia, pierde toda la razón al querer dominar la vida espiritual de la gente de su entorno, pues trata de imponer su religión y sus creencias como la absoluta verdad.
Hace unos días, en un viaje, conocí a una persona que durante este tiempo de pandemia ha sufrido muchas pérdidas de seres queridos, no como resultado de la pandemia, sino por la inestabilidad social del lugar donde vivía. De una familia muy grande sólo le quedan dos personas, su madre y su hermana, a las cuales evita visitar para proteger sus vidas. Él cuenta: “al comienzo, el dolor, la pena, y la rabia, me dominaron; pero hoy por hoy, doy gracias a la vida porque aún estoy vivo y estoy consciente de que la mente es muy poderosa y que nosotros tenemos el poder de crearnos nuestra propia realidad. ¡Estoy vivo! ¡Vivo! ¡Eso es fantástico! Así como el poder decidir cómo responder a lo que la vida me trae. De todo se puede aprender algo para elevar nuestro crecimiento y evolucionar nuestra consciencia”. Él expresa también que tenemos la obligación de desprogramarnos de ideas, creencias y enseñanzas que son sólo una síntesis de una programación que todos tenemos el poder de cambiar, y que debemos intentar hacerlo, o por lo menos cuestionar, hasta llegar al fondo de nuestro ser y así desarrollar nuestra conciencia y forma de expresión.
Todos los procesos brindan nuevas ideas y nuevas explicaciones, así como también generan nuevas preguntas. Hay muchas maneras de ver, como también muchas de vivir, dependiendo de dónde te encuentras ubicado y qué costumbres se apliquen. El concepto de Dios tiene tantas facetas que se mantienen estáticas y otras que se van desenvolviendo dependiendo de cómo se conceptualiza la idea de Dios.
Todo conocimiento proviene de los inicios (la Mente Universal). Los hombres no inventan ni crean ideas; las ideas existen y los hombres son capaces de captarlas
Paracelsus
Estas palabras me ayudaron a comprender y configurar la foto fragmentada que La caja negra estaba formando en sus páginas, porque como mujer soltera y sin hijos, es difícil comprender cómo una madre se puede sentir al tener un hijo que busca su libertad a cualquier costo y de cualquier forma.
Creo en el Dios de Spinoza que se revela en la ordenada armonía de lo existente. No en un dios que se preocupa por los desvanecimientos y acciones de los seres humanos. No intento imaginar un Dios personal. Basta estar en deuda con la estructura del mundo. En la medida en que permite que nuestros sentidos inadecuados lo aprecien.
Albert Einstein
Hay tantos puntos de vistas y formas de ver como formas de vivir, de dialogar, de sentir. La caja negra de Oz me muestra una narrativa con facetas muy ásperas. La personalidad de Halina (llana) la veo manipuladora, brutal, instigadora, y a su personaje como uno que sufre trastornos mentales. Esta lectura, con su contenido, me ha hecho preguntarme si es algo que quiero introducir en mi vida en este momento y me hace entender mejor a nuestro compañero. Fue interesante pues me hizo cuestionar si deseaba o no ser partícipe de esta parte del proyecto.
Eugenia pregunta desde qué punto de vista estamos leyendo estas cartas, ¿como personas casadas, como padres con hijos, como divorciados? Hizo que ahí encontrara algo interesante a tratar. Fue esa serie de preguntas la que me invitó a leer las cartas y a pensar en el poder que tiene nuestro punto de vista, vinculado con nuestro estado social civil y emocional, y cómo desde ahí procesamos y razonamos lo leído, y a lo que eso nos expone.
El poder tiene tantos ángulos como el deseo, y todos son muy diversos. Se puede encontrar poder en el acto de ser partícipe de algo aunque no haya la obligación de hacerlo, como en el caso de las reglas de responder a la persona que te escribe o de leer algo que te irrita e incita (provoca), como hace Halina al escribir sus cartas a Alex. Está el poder de vivir en libertad que ejercita Boaz y su tempestuosa forma de conseguirlo, el poder de actuar y la forma como lo hace Alex, respondiendo o no a un comentario, una pregunta o una demanda por medio de su abogado y administrador. Cómo sentirse apoderado o no respecto a un tema del cual es difícil asimilar las ideas que otros tienen y su forma de vida.
¿Qué diferencia hay entre el imaginar que poseo algo y realmente poseerlo? Pregunta O. a M. Creo que la diferencia está en saber que poseer algo, en el sentido que le doy a la pregunta, requiere que no exista la obligación de poseerlo de ninguna forma, y este es el punto más importante. Reprochando, instigando, manipulando, comprometiendo como lo hace Halina/llana, es el proceso de una forma de imaginar que posee a Alex y su voluntad, que en el fondo no es incondicional.
Al haber nacido y recibido educación en la primaria bajo la religión católica y haber concluido desde temprana edad que soy de la opinión de A.E. y Spinoza, sufrí algo similar a lo que sufre Alex al ceder a las demandas de Ilana. A veces hay que prestarse para hacer sentir a otros que están en lo correcto y no perturbar sus vidas con realidades alternas ajenas a su punto de vista o a la imagen que se han creado acerca de algo o alguien. Esta imposición en nuestras vidas produce un tipo de divorcio familiar, que sólo nos deja la esperanza de un cariño. La lucha por el poder y el derecho de ser, son constantes.
La negra caja de Oz es el primer libro que me ha hecho sentir un desencanto y me doy cuenta ahora de que fue a causa de mi postura inicial; ahora lo veo de una forma distinta y me interesa más. Gracias por las preguntas. Estoy ahora más interesada en qué sucederá en las próximas lecturas, ¿y tú?
Diana