De D. para R.M.

Junio 26, 2021 

Mérida, Yucatán 

Rafael María, 

He estado pasando unos días maravillosos, contemplando la luna y tratando de intuir el firmamento y el movimiento que en él se desenvuelve. Fue sublime ver un colibrí de plumaje verde, rojo y purpura, volar sobre la flor naranja; ese contraste me invitó a soñar. Las horas fueron ligeras con el cantar de las aves y el vuelo amarillo de las mariposas en un paisaje azul. 

Como aquel niño que menciona la carta de Humberto, yo estuve completamente aterrorizada al ver una pequeña hermosa mariposa amarilla volar hacia mí cuando manejábamos hacia la playa de Progreso; deseé tener el poder de desviar su vuelo con mi mente. El camino ya dejaba rastros del instante vivido, y señas de lo que se acontecería minutos, tal vez horas y días después. El deseo no es suficiente a veces ante una realidad inevitable. 

Y como Humberto también, me siento deseosa de hacer un esfuerzo y escribirle a cada uno de los participantes de este encuentro. 

Excúsa(en)me al no haber llegado a la cita, a la invitación que extendí para conocernos el sábado, espero que de todas formas haya servido como plataforma para un encuentro ameno entre los que sí llegaron. 

Sabes, tuve un tío materno que era tu tocayo, se llamaba Rafael María, fue una persona muy especial para mí, a quien admiré mucho y quien me enseñó a manifestar mis anhelos. 

Quizás podamos encontrarnos en otra ocasión, si te animas, y tú pones el lugar y la hora, claro, sin ninguna obligación (sonrisa y guiño). 

Lo que nunca existió, no deja en la mano sino viento, mientras que la realidad  no ofrece más que imperfección y fracaso; siendo ese el caso, uno sólo puede  soñar acerca de lo que nunca ha sido,  y en cuanto a “la realidad”,
recuerda: no existe 
Rafael Maria 

Y dice una voz popular, ¿quién me presta una escalera? 

El cantar del pueblo que toda las primaveras pide… 

¡Qué bello! (“La Saeta”) Un himno de Antonio Machado. Gracias por compartirlo, no lo conocía y me parece hermoso. Es un bello ejemplo que demuestra los contrastes de pensamiento y forma de ver, igualmente implica las consecuencias que repercuten sobre el pensar. Qué coplas hermosas. 

Cantar de la tierra mía, que echa flores,…y es la fe de mis mayores….
Sólo eres tú mi cantar… no puedo cantar, ni quiero… sino al que anduvo en la mar

Cada uno escoge dónde fijar la mirada y por qué. Me fascina cómo las variantes producen nuevas, sorprendentes y ricas alternativas de entendimiento que son relevantes y que corresponde a nuestros intereses; a nuestro interés por generar estructuras que puedan por ejemplo crear curiosidad de vez en cuando, que nos sorprendan con lo que ofrecen y la belleza o el desencanto que esto produce. 

Les deseo una bella semana y nos leemos. 

Diana