De D. para V.

Mayo 16, 2021 

Vida – para tus ojos

Esta mañana soñé que bailábamos y tus manos acariciaban mi nuca. Desperté en ese instante en medio de un calor sofocante y del deseo. Quise seguir soñándonos y sentí un escalofrío,  el calor lo sentí más intenso. El vaso con agua, en la mesita de noche, no fue suficiente para calmar mi sed. Quería seguir viviéndote pero tuve que levantarme. Atravesé todo el espacio de la casa, hasta llegar a la cocina para saciar mi sed y te sentí cerca mientras lo hacía. Visualizándote al calmar mi sed, sentí ganas de nadar. Imaginé el gusto que te daría verme. Ya se abría el día y el cielo se veía claro y hermoso. Quise sumergirme en el azul cristalino bajo el cantar de las aves. Sabes, la enredadera está llena de rosas y formando están un túnel rosado hacia la luz. Al acercarme más, noté que la piscina tenía un tono verde de campo, el verde era algo opaco, como las pequeñas del té verde, y no permitía ver el fondo. La piscina está llena de alga, eso dijo más tarde J. el que la cuida y mantiene. Ansiosa por sumergirme y queriendo intervenir, la fui evacuando mientras la llenaba de agua limpia, pura y fresca, hasta que la piscina se tornó de nuevo del azul cielo. Luego le eché cloro para así mantenerla azul claro. Podé también algunas ramas para así darle más forma al túnel y dejar fluir el aire. 

Como ya sabes, tuve que esperar hasta que se disolviera el cloro, y luego esperar una hora para que se diluyera completamente, asegurándome de que estuviese todo bien para saltar en ella. Ahora la casa se siente más cómoda, la brisa llega más fuerte, y el túnel se puede recorrer cómodamente sin necesidad de doblarte para evitar herirte con las espinas. Las rosas llenaron mi habitación con su aroma intoxicante. ¡Extraño tu mirar! Desde la habitación alcanzo a escuchar las aves. En el jardín, las palmas están llenas de frutos y sus semillas rojas caen en la baldosa de arcilla. Todas las tardes veo dos pichones besarse bajo el rosal y vuelan cuando salgo a verles. El árbol de almendra está dando frutos. Recogí una, son amargas. 

Como ya sabes estoy deseosa de salir y de que salgas de este encierro. Aquí ya levantaron el estado de queda y las cosas están tomando un nuevo ritmo. Sabes, sueño con salir de tu mano hacia la luz. Estoy alimentando el deseo y compré comida para una variedad de aves, en particular quiero entrenar a un pichón blanco para llegar a ti por tu ventana, y luego de nuevo a la mía. Todas las noches tiro las semillas para que las encuentren en la mañana, me imagino el túnel lleno de ellos, todos volando. 

Ayer organicé una cena y vino Soledad, no la esperaba. También vinieron A. y Carmen, entre otros; ella me hizo que pensara en la otra C. La noche recibió la mañana fluida de vino y S. decidió quedarse, se sentía algo intoxicada, dijo, y no quería manejar. Los chocolates que trajo A. al parecer tuvieron su efecto, algo así como los que le dio Viarine a la gente del pueblo en aquella ciudad rural de Francia. Escuchamos sus gemidos que venían desde el patio, mientras el resto, tomábamos los expresos. De recuerdo quedó la silla en el jardín rasgada y M. despertó más tarde, solo. La asistente de casa, organizando en la tarde encontró un pendiente con una amatista y dos hojas de plata pintadas del mismo tono entre las hojas rojas. 

Extraño el viento y las estrellas entre las hojas. Te seguiré hacia la luz como los pétalos caídos. Vi la luz en tus ojos mientras dormía y sentí en mi corazón que se acercaba el día. En San Marco volará una paloma blanca entre las sienes. 

Hoy vi a Rebeca sumergir sus pies color canela en el mar, mientras la brisa azotaba las palmeras en Progreso. M. hizo lo mismo, mientras Pedrito buscaba encontrar la llave del Club y le decía por teléfono al trabajador: tienes que poner una nueva, así con la piscina evacuada. Hablaba de la piscina que está cerca del puerto, a la orilla del mar. Hoy me iré en ruta, me llevaré los pichones blancos, el viaje será largo y lento. Sabes, se me ocurrió una idea genial para ayudar a Carmen a recaudar fondos para su proyecto. Te contaré luego. Ahora me despido mirando hacia la Luz. 

D.