De E. para M.E.

25 de mayo, 2021 

Parque de las Américas

Mérida, Yucatán 

El divorcio, ¿qué representa para ti el divorcio? Sí, claro, te lanzo la pregunta desde La caja negra. No te sorprendas. Tú prodigas amor y has sido enfática al comunicarnos que llegas a nuestra cita ansiando traspasar la pantalla para sentir en tu cara, en tu cuerpo, en tu cabello… la brisa que sopla en “Blanco trópico”, como le llama a Mérida el escritor Adrián Curiel Rivera. Bienvenida. Solamente toma en cuenta que en lugar de una chimenea tenemos sistema de calefacción… Y no existe un campo nevado; nos rodea un minúsculo jardín con el pasto húmedo porque, gracias a Dios, ya empezó a llover. 

Espero que no te haya sorprendido lo que te dije en nuestro último encuentro: la realidad entre los “aquí” presentes es distinta a la que intuyes… La realidad alterna que construiste es una idealización que, desde luego, se antoja y no dudes que en algún momento cuaje… 

Quisiera describirte cómo es la librería de Humberto pero, ¿qué crees? No la conozco. Ahora que Humberto le ha escrito a Pedro que tiene una sección de libros usados, pues, voy a ir… Y muy probablemente ahí me encuentre a Pedro porque te confieso que he pasado varias veces por la librería y es frecuente verlos juntos. La librería de Humberto está en una calle muy tranquila, sin mucho tráfico vehicular y con árboles inmensos por donde me gusta caminar… Estuve tentada a ir a ver si tenía el libro de Berger, pero… nada, me mantuve aislada y, al igual que tú, lo leí en la computadora. 

¿Qué provoca el divorcio? Una mentira. La traición. La deslealtad. La negación al diálogo. El derrumbe de una cama con todo y sus blancas sábanas… El arroz quemado. Un pescado podrido en el refrigerador. La foto que olvidaste borrar. La manía por cambiar de lugar una pluma en el momento inapropiado… El ruido perturbador que provocas al mover los hielos en tu copa de whisky… Casi cada uno de tus movimientos… Casi cada una de tus palabras… Y hasta tus silencios… 

Tú aspiras a querernos y que te tomemos cariño. 

Yo aspiro a quererte y que me tengas cariño. 

Esa es nuestra realidad

Pero, ¿qué efecto habrás causado con tus declaraciones en los demás? 

Quizá tengan que pasar quince días para que lo sepamos, quizá no volvamos a tocar el tema… Sin embargo, no es del todo trascendente si nos preguntamos: ¿sabemos verdaderamente qué piensan nuestros maridos? 

La vida conyugal nos confronta con la lucha por el poder

¿Quiénes de los que estamos en el Laboratorio tenemos pareja? 

¿Quiénes de los que estamos en el Laboratorio somos divorciados? ¿Quiénes de los que estamos en el Laboratorio tenemos hijos descarriados? 

Todavía estamos empezando a conocernos… Espera. 

¿Tú quieres entrar en esos recovecos de la vida íntima? Yo no. 

También la literatura nos confronta con la lucha por el poder. Eso quedó claro en las dos primeras sesiones de nuestro laboratorio, ¿no crees? 

En tu carta me hablas de Brasil dándome a entender que allá viviste un romance apasionado… ¡Dichosa! No conozco Brasil, pero en mis ilusiones y planes Sudamérica está hoy en el primer lugar, aunque no necesariamente Brasil. 

Te sugeriría que desentrañes esa locura que viviste y escribas —para ti— en una libreta (si es que no lo has hecho ya) qué pensabas, qué sentías… con qué palabras dulces le hablabas a quien estuvo contigo alimentando fantasías… Y luego describe cómo sobrevino el quiebre… ¿Te decepcionó? ¿Te guardaste lo que pensabas para no herirlo? ¿Acaso él te hizo ver sus miedos y prefirió pintar su raya? ¿Le escribirías una carta para saldar cuentas o el asunto quedó cien por ciento liquidado? 

Hace poco conocí aquí en Blanco trópico a un chico que habla hebreo, y después vino a visitarlo un amigo suyo también judío, y aprendí un poco más de su cultura. 

La caja negra es la primera obra que leo de Amos Oz. Conocerlo me ha alterado los ánimos… Salí del hueco en el que me encontraba. 

Adiós pesadumbre. 

Ya veo porqué se le respeta tanto. 

Por fortuna conseguí el libro en Blanco trópico, aunque contra toda lógica estoy respetando el límite de las páginas que nos marcó Humberto con la convicción de que a diferencia de Berger, Oz no me decepcionará. 

Veamos qué sucede, entonces… 

Y no olvides que Blanco trópico es una ficción… 

Eugenia