De F. para Y.

Mexicali, Baja California, 23 de noviembre, 2020.

Entrañable Y.:

¡Cómo he disfrutado tus cartas! El asunto con el amor, el poder y las mentiras, así como con tantos planteamientos que a través del tiempo y el espacio nos han hecho aquellos que donan sus letras a la eternidad, es que nos cuentan cosas que tenemos dentro. Creo que un autor es exitoso en la medida en que logre pincelar algunos jirones de la historia del lector. 

Gabriel García Márquez tiene sin duda, desde mi muy ignorante perspectiva, una pluma mágica que me tuvo leyendo hasta la última página, sin detenerme, de El amor en tiempos del cólera. Aunque la historia no me gusta, no la encuentro verosímil, por más que diga que “no le quitó ni le puso” al contar el enamoramiento de sus padres; no le creo y sin embargo, me causa tal sensación de enojo y perplejidad, que sin duda logra su cometido: encontrar la forma de molestarme, y así, formar parte de mi historia

Estas semanas, en donde hemos compartido el tiempo, sin importar la distancia, han sido muy enriquecedoras. Mi forma de leer ha cambiado, para bien espero, y me permitirá atreverme a leer cosas que antes no habría buscado. Me dio una nueva perspectiva. Leerte me convence de que no hay estrategias para la apreciación del arte, sólo el ojo amante que nos lleva a apreciarlo. 

Gracias, Yessica por tus letras, por el tiempo que decidiste compartir con desconocidas (al menos yo) tus opiniones, toda tu genialidad (de genio y de genial) que hizo tan completo nuestro experimento. Deseo que sean muchas más, que, tal como dice Trini en su presentación, nos den la oportunidad de recalibrarnos y aceptar lo que somos, lo que construimos de los demás en nuestras mentes y cómo ello nos hace mejores personas. No tengo dudas al afirmar que el arte salva vidas, quizá no en la forma tan dramática de detener la mano que atenta, sino más bien en la teatralidad de mostrarnos nuevos e infinitos mundos que nos conectan a otros que comparten ese amor, para construirnos en nuevas y mejores versiones de nosotros mismos, más sólidos, más humanos. 

En el amor hemos sido convocados: Floridalma desde Tecate, con sus pantaloncillos para dormir y en su cama; Marcela desde las alturas como sobrecargo de vuelo y su maravillosa perspectiva de las herencias; América con su sagaz ojo de editora de revistas infantiles; Rosa, en Mexicali como yo, con sus lindos acompañantes felinos y la serenidad de su voz; Trini desde Toluca, con sus increíbles frases tan literarias y reflexivas al mismo tiempo; tú, querida Yessica, con tu receta que nos ha tenido en vilo por semanas; Zaida con su enorme sonrisa, siempre tan serena y feliz; R., desde CDMX, con su elocuencia para hablarnos a todos; Maribel con sus opiniones tan certeras y educativas; Guadalupe con su serenidad y calma; Michael siempre pendiente de todo y todos; nuestro querido Humberto, que con tanta calma nos ha guiado e instruido a lo largo de estas semanas. Todos estamos conectados ahora en esta experiencia, y en este convulsionado mundo que sobrevive a una pandemia, hemos amado, hemos podido y, ¿hemos mentido?

Cariñosamente:

F.