La madrugada del 2 de junio, 2021.
Te deseo un duelo completo.
No vas a creer lo que me ha pasado. Capaz y yo tampoco me lo creeré hasta después de un tiempo. Cuando recibí las fotos de tu carta manuscrita, me encontraba texteando con Medusa a quien le pedí ayuda para descifrarlas; eso terminó en una plática de aquellas porque se interesó en saber qué carambas te había escrito yo para que me escribieras esa carta.
Medusa (ella misma eligió su pseudónimo) es una ex novia de la que me separé hace 9 años. Hace un par de meses volvimos a escribirnos frecuentemente y hasta me pidió (¿o yo se lo propuse?) un diseño para la puerta de su cuarto que será grabado en relieve por un ebanista.
La plática con ella acabó pareciéndose al dicho “Le escribo a Juan para que me entienda Pedro” (No nuestro P.M. por supuesto), en donde Juan era tu carta y Pedro era Medusa. Tu carta se convirtió en una herramienta semántica para conversar en el reencuentro entre mi ex novia y yo. ¡Vaya! ¡Misión cumplida en nuestro intento de crear conexión! Aunque haya sido la conexión renovada entre Medusa y yo.
Tus notas no sólo ayudaron a eso sino también a recordar y apreciar lo del rompecabezas para mi hermana y la carta a mi familia, cosas que desafortunadamente tuve que olvidar debido a una ola de responsabilidades que me revolcaron esta última semana; la historia corta es que me fui a la bancarrota.
Afortunadamente leí las 66 páginas de La caja negra antes de que pasara eso. Al leer las primeras líneas el dolor me paralizó, no quería leer algo así de violento en ese momento. Me costó, pero después de atravesar el miedo devoré todo en dos días y tres noches. Mi hambre (y sorpresa) descomunal se debía a que la historia narraba cosas parecidas a experiencias mías. Leer La caja negra fue/es hasta ahora un alivio literario donde mi pasado le pertenece a los protagonistas, ya no a mí. Puedo depositar todo el dolor en ellos. Ahora entiendo por qué abrir el laboratorio con la novela de Berger; al no haber interpretante explícito en las cartas, tuvimos que ser nosotros (los del lab), lo cual nos obligó a abrirnos y contar por qué interpretábamos lo que interpretábamos, le pusimos nuestro contexto a la novela. Vaya manera de romper el hielo.
Sigo sin recordar que más quería preguntarte. Gracias por contestar, fue de gran ayuda. Lamento escribirte a la carrera pero ten por seguro que sembraste semillas nutritivas en mí. Gracias. Nos leemos luego.
Tu X.