15 de Mayo 2021
De G. para H. A quien de por sí, le debía una carta.
En las dos sesiones de Tentativas…, he tomado notas, aquí algunas:
- Beto dice que este es el cuarto y último laboratorio: “En los anteriores, ha resultado interesante responder a cartas que no nos han dirigido”.
- ¡Qué historia! ¡Lo del borde de la intimidad! “Es justo donde el estiramiento de las reglas para escribir en el laboratorio conoce el límite de su capacidad como herramienta”… ¿herramienta para qué? Entre otras cosas para inventarnos una nueva manera de conocernos… o eso entendí.
- B.: “Cadáveres exquisitos dentro de la carta. (…) ese es el sistema que estamos trabajando en este laboratorio”.
- A. dice que se mete en el poema, en una especie de ritual de posesión corporal (eso último es mi interpretación) y que sólo así escribe poesía, no sabiendo del todo quién es (¿sí interpreté bien A.? Disculpa, H. por usar parte de tu carta para mandar un telegrama, ¿a alguno de los dos le molesta?)
- Así cómo en el libro de Berger, perdemos noción del tiempo al escribir y leer nuestras cartas.
- No me creo el cuento de que eres ingenuo, H., yo creo que sí habla de todas esas cosas que decías. Pero, de verdad, ¿por qué etiquetaste “amor” en esta novela? Cuenta el secreto, quiero creer que lo hay.
- Se hacen rutas. La idea de conspiración entre R. y E. y ¿se unió alguien más?
- “Hacer la carta como algo pragmático.” ¿Eso significa que se le dé un uso adaptado a la realidad más próxima? Usos como: voy a leer y escribir cartas para cultivar nuevos amigos.
Eso último pienso del laboratorio, que quizá para julio habremos domesticado un amigo o dos; sí, como el principito y el zorro ¡Ja! Bueno, así se forma la confianza: Poco a poco y con constancia.
Me pasó con C.M., a quien conocí en persona en Campeche en el 2011 y con quien me escribía de vez en cuando, (ella te conoce, por cierto). Mandábamos fotos de lo que pintábamos y nos contábamos las novedades, a veces las acumuladas en varios meses o años. A ella le hubiera gustado participar en este laboratorio, aún no le he dicho que estoy aquí. A ella también le debo una carta-cápsula del tiempo. Ayer me envió una carta que hizo para otro grupo y me revolucionó todo el cuerpo.
Maga es el seudónimo de una vieja amiga con la que estoy volviendo a conectar recientemente (después de años). La conversación telefónica que escribí en la carta para M.E. pasó una noche en que me disponía a escribir mi carta dirigida a “todos por el momento”. Maga también es fan de las cartas desde niña. Le pedí permiso de usar la conversación para la carta a M.E. y estuvo de acuerdo. Se me hizo divertido tomar prestada la intimidad que comparto con Maga para contarle a terceros algo muy íntimo sobre lo que he aprendido del amor con ella.
S. (mi terapeuta) y yo, estamos trabajando el tema de «¿Cómo lograr mantener relaciones sanas?». Por eso el título grabado en cada lado de cada uno de los tres marcos de madera de 30 x 30 cm. Espacios pictóricos donde no sé qué va a suceder ni cómo serán ilustradas esas versiones de “Una relación sana”. Por fin me atrevo a hacer una serie de piezas acompañado por un profesional de la salud mental. Sí, para eso está S.; para hablar de esas cosas, pero no hay nada de malo en contarte a ti solo una parte de la verdad, ¿o sí? (A. comentó algo al respecto y me hizo pensar así). No miento en nada de esto y estoy tratando de ser lo menos encriptado esta vez, pero no hay mucho tiempo de escribir.
Así escribí las primeras dos cartas que mandé en este lab. Como si el destinatario ya me conociera y supiera de qué le estoy hablando. Es mejor así, ¿no? No perder tiempo en preámbulos y explicaciones, las acciones ya cuentan. Con suerte, para julio habremos escrito tanto que todo cobrará sentido. Espero no sea demasiado aburrido, si es así, lo lamento, la intimidad puede llegar a ser así de monótona.
Espero también que me perdones por hacerte leer todo esto sin mencionar a Xavier o a A’ida, pero he estado ocupado viviendo el encarcelamiento voluntario por seguir unos ideales que apenas estoy comenzando a ejercitar y conectando cada vez más con gente a través de internet. Conocidos y desconocidos, con texto o con mensajes largos de voz en whats (tipo monólogos) y pláticas cada vez más maduras en la cocina con mis papás (todo cuadra, O.), en fin, ¡comunicación por donde sea! Al fin y al cabo, ¿qué intimidad propones? Hace rato se lo preguntaba a D., ¿dónde están los límites del laboratorio? Nada de excusa, lo que te escribo es por pura intuición.
P.d. Está este episodio de B. M. (también marca registrada) llamado “Hang the DJ” en donde los protagonistas se rebelan juntos muchas veces contra el sistema en el que viven, demostrando que el amor hace verdaderas revoluciones en los individuos. Y como dicen algunos, ¿no va de eso el libro que nos pusiste a leer? ¿De rebelión contra un sistema? ¿Ya sea el del encarcelamiento político gritándote que no te es permitido luchar por un futuro mejor o el de que el amor tiene que seguir ciertas reglas?
Un abrazo. Hasta pronto pues.
“Todavía no sé cuál es el arriba y cuál el abajo. Veremos en la marcha, ¿no?”