De H. para E.

                                                                        …en el Pleroma no había mapas, que sólo podían existir en la Creatura. 

Lo que del territorio puede ser delineado 

como mapa es la noticia de la diferencia.

G. y M. C. Bateson

Eugenia

Siempre es un gusto leerte: una voz, un pensamiento que pregunta, apunta e insiste en cada renglón, en cada página. Quisiera comentarte algo que responde a esa relatividad que a cada instante me muestra el todo inalcanzable. Hablo del Pleroma; Jung tal vez diría que se le percibe como algo antes de lo real, porque la realidad es un concepto que sólo aparece en la creencia… Si en algo he dejado de creer es en la verdad y por tanto también en la mentira, no por desengaño moral sino por respeto a la otredad que nunca alcanzo.

Cuando digo esto, por favor no se piense que me he quedado en un plano, sin contrastes. Tomo con admiración  la creencia de los demás, respeto la fuerza que ficciona el mundo, el flujo verbal que nos vuelve otros con sólo leerlo o escucharlo. La creencia personal, la voluntad y el flujo lo desplazan todo, crean el descubrimiento que produce la diferencia: esa fortuna que hace vasto el territorio de prácticas.

Cuando dices “Reniego de la mentira. Renegaré siempre de esa pose falsa”, me parece plenamente verdadera tu afirmación. Claro, al decirlo soy la contraparte que confirma la totalidad de una ficción; la que hemos creado juntos tú, yo y los otros. Para mí, “ficción” no es una palabra negativa (hablando de realidades), sino más bien una forma de extender el mundo (en realidad no muy real) desde nuevas interpretaciones.

Los tres temas que hemos tratado (amor, poder y mentira) con el pretexto de leer novelas o, las novelas epistolares que hemos leído y comentado con la voluntad de crear una invisible pero legible esfera, están en la búsqueda de una intimidad que vuelve y se revuelve en las identificaciones y las diferencias. 

Lamento mucho haber perdido algunos segmentos de la sesión anterior por las anomalías técnicas y por mi incapacidad para solucionarlas con rapidez, sin embargo, pude escuchar un poco de todos con sus diversas visiones. A mi parecer, en tu carta tocas con exactitud la estrategia-mentira usada por la autora. Estoy plenamente de acuerdo contigo.

Esta es la última carta que escribiré en este proyecto, tomo este espacio para agradecerte a ti y a cada uno de los participantes la voluntad de crear juntos algo que es determinable pero indefinible; una pieza que ha fluido por meses, que ahora se detiene para formar una burbuja en la que nuevos observadores verán su interior como una máquina que se mueve bajo la voluntad de su lectura.

Seguido pasabas enfrente de la pecera pero no entrabas y yo tampoco te detectaba. Nuestro diálogo epistolar ha modificado la situación. Tienes razón, por suerte soy delgado y eso cambia las coordenadas aunque no del todo, habría que decir que tú manejas perfectamente la creación textual… una nueva combinatoria: el encuentro (en persona) del medio flaco y la escritora. Esa es una ficción muy realizable. No pasaporte ni formularios. Espero que pronto suceda.

– un abrazo para todos –