De J.J. para E.

10 de mayo, 2021 

Estimado E., 

Gracias por tu carta. A veces pienso que el silencio podría ser un puente, la onda negativa que estira la vida del sonido. O quizá no exista, pasa que no percibimos esas frecuencias residuales, el eco del Big Bang. Cuando pensamos en los ruidos del cuerpo: el latido del corazón, las tripas, los pasos; me acuerdo del árbol que cayó en el bosque y nadie escuchó. Sin embargo, el ultrasonido puede revelar imágenes de lo oculto: un feto, un órgano interno, una piedra en el riñón. 

Tu primera carta me dejó pensando en la fragilidad, la vulnerabilidad expuesta. Las cosas que callamos porque nos someten a situaciones ajenas a nuestra voluntad. El sufrimiento. Los fracasos en el amor. La talla M. El nivel 3. Afortunadamente encontraste al médico adecuado y lograste superar la experiencia. Definitivamente lo físico impacta en lo emocional. Otras veces no hay más remedio que aprender a vivir con el dolor, con las ausencias. 

Así como los silencios, creo también que existen amores cómodos e incómodos. El de la pájara Peggy hacia César Costa, un amor intenso e invasivo. Los límites rotos nos confrontan con la vulnerabilidad. La fragilidad del objeto del deseo ante la furia de los fans o los paparazzi: Britney. Un comercial dice que es duro vivir sin ser amado, pero es más duro vivir sin aire acondicionado. El exceso de pasión agobia, como en la película franco-japonesa El imperio de los sentidos de Nagisa Oshima. El ensimismamiento conduce a la pareja al aislamiento extremo. Muy dialéctica de lo abierto y lo cerrado, tipo El laberinto de la soledad. Así las relaciones modernas.

En lo personal, soy algo cursi. Amo compartir pensamientos malignos en complicidad. Confiar en que tarde o temprano seré traicionado. Darme golpes contra el piso y dejar que el raspón haga cáscara. A veces más, a veces menos. Las expectativas truncadas me desaniman. Pero mantengo vivo el anhelo de ir a beber cerveza y bailar bajo los 40°C. Asar un cabrito de 40 días. Caminar 40 yardas en el bosque. Encontrar un arroyo de agua transparente llamado Bimini. Nadar sobre su fondo de rocas. 

Excelente día, 

J.J.