De J.J. para Y.

Agualeguas, mayo 3, 2021

Hola, Yola, 

Gracias por tu carta. Me gustó mucho. 

El amor también puede llegar a ser una trampa, como la melcocha de un monigote de brea o la canción de Ana Bárbara: una trampa maldita. La comedia está llena de trampas y deseos. La presencia de expectativas genera la anticipación a una reacción que, al ser diferente, provoca un desengaño o decepción. A veces uno se aferra a amores cuyas posibilidades de éxito son mínimas. Pero la vida sin amor es como MTV sin Eminem

En uno de los primeros modelos de comunicación, el de Lasswell, un emisor codifica un mensaje que envía a través de un canal a un receptor que lo decodifica. Para confirmar que recibió el mensaje, el receptor brinda retroalimentación o feedback al receptor. Cuando la comunicación no es exitosa se dice que hay ruido o interferencia, el ruido puede ser físico, psicológico, fisiológico, semántico, de influencia o técnico. 

A veces tengo la impresión de que te encanta generar ruido, dejar los WhatsApp en visto para que exista suspenso, y dejar al interlocutor con cara de WHAT!, o contestar con puros emojis o GIFs, sorprender con detalles inesperados; como cuando dejaste que tu chango rompiera la Nikon D730 enfrente de un montón de fotógrafos. En ese preciso momento, yo orinaba encerrado en el baño y sólo pude escuchar los gritos de todos sin sospechar qué ocurría. Me encantó, porque mi experiencia fue completamente distinta a la del resto, exclusiva al ser privado de la visión y sometido a un proceso impostergable. Como un gato de Schrödinger en una realidad cuántica. Mi curiosidad domada ante la necesidad de mear.

Yo creo que eres una persona sentimental, pero lo eres de un modo que no es convencional para escapar de los clichés. O nomás porque eres así: no cursi. Yo me doy cuenta, pero no digo nada para no hacerlo evidente. Ante situaciones fuertes me paralizo, no sé cómo reaccionar, cómo dar una mala noticia, una felicitación, un agradecimiento. No existen instructivos. Cada quien tiene modos distintos de asumir pérdidas, éxitos y fracasos. Con drama o sin drama. 

Pienso que cuando te enamoras eres vulnerable. Al principio muy bonito, hallar la perla del océano, el número que le pegará al gordo, la pepsi en el desierto. Cuando las cosas fluyen hay gestos e intercambios con significado, reciprocidad. Caminamos entre nubes. Cuando no, aparecen el sufrimiento y la pérdida. El famoso desamor. Te das cuenta de que ganó el ocho seis. Todo se vuelve silencioso. 

Hay silencios cómodos y silencios incómodos. Sabes que los primeros pueden romperse sin drama, naturalmente. Cuando somos víctimas del silencio, un modo cómodo de romperlo es decir un chiste. La comedia siempre se agradece. Un silencio incómodo supone esfuerzo, vencer el orgullo o el rencor. Tragarse las palabras y reiniciar el diálogo a pesar de las heridas. 

Abrazo, 

Juanjo