De L. para M.

21 de julio, 2021

Querida Mina, aunque nuestros encuentros fueron breves durante las sesiones del Laboratorio, me encantó conocerte. Me pareces una mujer culta, aguda, concreta y con opiniones muy certeras. Ojalá algún día tengamos la oportunidad de conocernos personalmente. 

Al escribir esta última carta que nos pidió H. como colofón del Laboratorio, estuve pensando sobre qué escribirte… Al intentar concatenar las lecturas y los grandes tópicos que estuvimos discutiendo durante las sesiones – amor, poder y mentira – y recordando la breve conversación que tuvimos sobre nuestros animales de compañía, descubrí un hilo conductor… 

Mi perrita se llama Hermione, es adoptada de un refugio que tiene una muy querida amiga en la ciudad de Morelia. Mi amiga me estuvo insistiendo durante un largo tiempo en que adoptara un perrito o una perrita, pero yo me encontraba deprimida por haber perdido, casi de forma continua, a otros dos: una perrita que se llamaba Collette (french poodle) y un perrito llamado Igor (yorkie), que compramos mi esposo y yo, y nos había ayudado a sobreponernos anímicamente al constatar que no podríamos ser padres. 

Con el paso de los meses, mi amiga siguió insistiendo hasta que aceptamos. Hermione, es una perrita mestiza (cruza de maltés con schnauzer), y se ha convertido en parte de nuestra familia. He de decirte que el nombre no es mi hit, pero ya no quisimos cambiárselo porque pensamos que si ya la íbamos a cambiar de hogar, de lugar de residencia, de familia, cambiarle el nombre sería demasiado, ¿no crees? 

Suponemos que la maltrataron mucho, pues cuando llegó a nuestro hogar corría, temblaba y tenía miedo con cualquier ademán que hiciéramos. Incluso cuando la conocí me mordió y mi esposo pensó que ya no la adoptaríamos. Pero no me dejé llevar por la primera impresión, nos dimos una oportunidad hasta que ella fue dándose cuenta y descubriendo que nosotros no la dañaríamos, al contrario, la protegeríamos. 

A través de ella hemos podido descubrir la belleza del amor incondicional y de lo agradecidos que pueden ser los animales al rescatarlos de un destino fatal. Ahí es donde enlazo el tema del amor con las lecturas, porque estoy de acuerdo en que nunca se podrá comparar el amor de una pareja, de los hijos o de la familia, con el amor de un animal de compañía. Lo que sí es cierto es que el amor de éstos es incondicional, aunque estés molesta, los hayas regañado o incluso les hayas llamado fuertemente la atención, siempre llegarán a ti con una señal de cariño o consuelo. 

Ellos nunca mienten, son por completo transparentes, saben incluso detectar a aquellas personas falsas o que pueden hacerte algún daño. En una ocasión, mi esposo y yo estábamos tomando café en un parque y Hermione estaba tranquilamente sentada bajo la mesa. De repente, sin que mi esposo o yo nos hubiéramos dado cuenta de que hubiera algún peligro Hermione saltó, ladró y se le fue encima a un indigente que de forma grosera y de mala manera se acercó a nuestra mesa. Eso fue suficiente para que esa persona se alejara de nosotros. 

Con respecto al poder, creo que nosotros, como dueños, ejercemos poder sobre nuestros animales de compañía, porque hacen sin chistar exactamente lo que nosotros les pedimos; bueno, los que están educados. Los perros en especial saben respetar la cadena de mando, siempre identifican dentro de la manada al líder, al igual que pasa en nuestros núcleos familiares. Ellos siempre saben quién tiene el poder, y casi siempre somos nosotras… ¡jajaja! 

Estoy segura de que al tener una mascota en tu hogar entenderás todo lo que te he contado. Y aunque muchas personas dicen que estamos locos por tratar a los animales con dignidad, yo me pregunto ¿qué ser vivo no merece eso? 

Recibe un fuerte abrazo y seguimos leyéndonos… 

L.

-Hermione-

Los perros tienen una forma de encontrar a quienes los necesitamos,
llenando un vacío que ni siquiera sabemos que tenemos

Thorn Jones