De P. para M.

Todavía curiosidad, sigue siendo mi palabra favorita…  

Querida Mina: 

Antes que nada, agradezco la bondad de mencionar a Humberto mi interés por participar en el laboratorio epistolar. En palabras de Silvio, las “causas cotidianas e invencibles, y el poderoso azar” nos han cercado en un nuevo encuentro, y esta noche, me han llevado a escribirte una carta.  

La primera impresión de Humberto la atrapé en la plática que tuvimos en el estacionamiento, como una bola escondida, aquel sábado. Un hombre inquieto y generoso, según percibí, aunque esas no fueron tus palabras, sino las mías. La segunda impresión me la dio el mismo Humberto una tarde en su librería y coincidió con la tuya-mía al escuchar su devota y resumida explicación sobre la intención del laboratorio. Sus primeras dos palabras, si mal no recuerdo dirigidas al saludo, las hizo detrás del cubrebocas, la tercera la liberó de la mordaza, dejando que las palabras sonaran a su voz y yo detuviera la mirada en su barba blanca. Por prudencia, permanecí atrapada en mi propia mordaza, posiblemente asintiendo con la cabeza más de lo habitual en una impulsiva solidaridad con su discurso. Cuando concluyó dije algo mal articulado, perdí las palabras al soltarlas, tal vez intimidada o liberando sin querer mis propias inseguridades. 

Me dio mucho gusto verte, la última vez que nos encontramos hablamos de la escuela, te pregunté por tu mami, me contaste que falleció. He leído tus cartas y pienso en lo que platicamos del Chino, brevemente, bajo un sol que nos apresuró. Hablamos de sus colores, de su osadía y su originalidad. 

Llevo un par de días leyendo la voz de A’ida y tomando notas en una libreta que me hace soltar la lectura, alzar la vista y voltear hacia las líneas que, pacientemente, esperan la tinta… ¡qué suerte la suya!, quedan tatuadas con Berger…

“… es extraño lo que inspira confianza…”

“…tan pronto vive una mujer en un cuarto, se curva…”

“… ¿qué tanto duró nuestro giro- segundos, un minuto, toda una vida? No lo supe.”

“… y, no obstante, no era ella la que tenía ese color sino su anhelo”

“luchamos para seguir siendo los mismos”

Michelle Petit dice que el lenguaje nos construye y que cuanto más capaces somos de darle un nombre a lo que vivimos, a las pruebas que soportamos, más aptos somos para vivir y tomar cierta distancia respecto de lo que vivimos… Espero poner en práctica una lectura y escritura reparadoras, que no tienen como objetivo demostrar nada, sino hacer el ejercicio de abrir pequeñas porciones mi ser…

Nos vemos mañana, 

Pamela. 

Pie de foto: (Altar)

“El amor, se agudizó en este último año”, con las pérdidas que ocupan hoy un altar en mi cuarto, las acompaño con fotos, textos, objetos, recuerdos. Pensé en agruparlas por categoría o en orden alfabético, por ejemplo, “Categoría Pérdidas Tangibles”: en la M, Muertos; en la V, Visión; en la G, Género. “Categoría Pérdidas Intangibles”: en la M, Mitos; en la F o la I, Falsa Ilusión.