De S. para R.

Octubre 4, 2020. 

“Un año fuera de lo común” 

Amada Raquel, 

Al fin tengo tiempo para ponerme a escribir. Es un domingo soleado y los hijos están cada uno en lo suyo; me emociona enviarte fotos de ellos cada que tengo oportunidad, son mis pequeños trofeos (siento un escalofrío al escribir esto último). 

Al pensar en el poder reconozco que tú eres una mujer poderosa, vienes a mis referentes al momento de reflexionar sobre este tema. Te he visto construir y generar grandes proyectos que son el fruto de tu poder, imagino tu cerebro como una máquina metálica lanzando vapores y rechinidos cada vez que tu curiosidad requiere respuestas. Tu poder no se ha quedado encerrado en una pequeña recámara, tu poder ha trascendido territorios, ha poseído teatros, museos, espacios públicos, torres, ciudades y escenarios en los que el límite es el mar. POSEER, ¿este será el verbo del poder

Te he visto poseer y devorar. Te he visto ser dura y suave, y también te he escuchado débil. Ver y escuchar son dos verbos diferentes. Estos son tus atributos de poder, entre muchos otros, y con ellos has hecho alquimia para alcanzar tus deseos, esos que tu cuerpo y tu mente, impulsados por tu corazón, han querido POSEER. 

Yo “poseo” estos dos trofeos y me da miedo la palabra aplicada a ellos porque me percibo como la pintura de Saturno devorando a su hijo de Goya; el poder que tengo sobre ellos me permite “devorarlos” a diario. 

¿Es un amor hipócrita?, ¿es un poder enfermizo? El mismo poder que tengo para amarlos, ¿es el mismo que tengo para no reclamarles el “sacrificio” que hago por ellos? Yo no puedo POSEER grandes proyectos, yo DEBO estar dedicada a su cuidado y desarrollo. 

Creo que no mandaré esta carta, es demasiado poderosa y personal. Este es un tema que me enfrenta a algo que me aterra; por eso te veo poderosa, porque tú has logrado muchas cosas, has llegado hasta el mar, y yo sólo tengo dos trofeos. 

No puedo continuar… 

Tomé un poco de aire, a través de la ventana perdí unos momentos mi vista en el follaje de los árboles. Retomo mi carta, y no PUEDO leerla nuevamente. La enviaré de todas formas. Una no puede hacer como que las “cosas” no pasaron. Ésta soy también yo. 

Lo único que quiero es que sepas que admiro tu poder

Abrazo fuerte. 

S.