De Y. para H.

Querido H.,

Una celebración es para mí, una estrategia de atracción temporal sobre lo presente y lo ausente, como le escribías a Fabiola acerca de las cajas. Celebro muchas cosas en compañía de comida, por ejemplo: después de hacer cerámica por un par de horas, cuando cosecho unos betabeles, después de terminar un libro. Trini sugería que podríamos celebrar nuestro encuentro en este laboratorio epistolar con unas lentejas y alguna bebida alcohólica.

Sugiero enlentejarnos: verbo transitivo que recae sobre los sujetos de este laboratorio, y para lo cual es necesario unas lens culinaris, originarias del cercano oriente, Estambul, por ejemplo. No pensé que las lentejas vinieran de países tan remotos. ¿Has comido lentejas en el cercano oriente? Imagino que las lentejas que cocinan por esos lares no comienzan friendo tocino, ni con esa grasa que despide ese pedazo de puerco tan sabroso, tal vez sí con un pedazo de harina rosa #5 y gomas con manteca vegetal, con algún perfume envasado al vacío en forma de tocino; fríen también, cebolla, ajo y jitomate. Busco videos de sopa de lentejas turcas para ubicar el origen del verbo con el que instigo a celebrar. Explican el proceso en un perfecto turco. En el video no logro ver tocino alguno. Tampoco dicen lo que preguntaba América, si se usa cuchara de madera; esos secretos no los comparten ni los turcos. Después de ver el video, reviso la receta que está escrita debajo, lo único que entiendo son los números. Empieza así: 3 yemek kaşığıayçiçek yağı.

En 2011 hice una estancia académica durante un semestre en la Universidad Complutense de Madrid. Como parte de la maestría en artes que estaba cursando, hice una serie de bitácoras en relación con uno de los recuerdos con el que estaba trabajando en el proyecto de la maestría. El recuerdo de esta persona aludía a repetir una acción casi sin darse cuenta, asumiéndolo como un hábito. Así, hice encuestas mientras esperaba el bus o el metro.

Recogí anuncios publicitarios de las grandes ofertas de un centro comercial en donde compraba mis alimentos. Envié postales hechas con los folletos que anunciaban las ofertas en los supermercados a todos los que me pedían comida de la madre patria. Pero lo que asumí como un hábito sin darme cuenta, fue el registro de letreros de comida, los cuales no comprendía del todo. Algunos otros los leía literalmente, creándome imágenes muy locas. Comparto algunos. Por cierto, cuando encontré “Hay menú” me acordé de ti, pensé que le falta la terceridad o quizá era el café, en ese momento no tenía cómo compartirte la imagen.

 Esto me pasó con el castellano en otro lugar. Al leer la receta y escuchar ese otro idioma, no tuve el código para entenderlo. ¿Qué te imaginas por enlentejarnos?

Podríamos hacer una receta entre todos para enlentejarnos. La receta podría, como tus relojes, reemplazar nuestro encuentro de los miércoles por la noche. Entonces, como dijo Trini: cada quien su caja negra y su sopa de lentejas.

Para no atribularnos porque estos encuentros pronto llegarán a su fin, enlentejemonos.

Y.