De Y. para J.J.
Hola, Juanjo.
Esta es una carta de amor, pero donde hay amor hay dolor.
Cuando pregunté “¿cuál ha sido tu peor dolor?”, lo hice pensando en que la respuesta iba a ser relativa a un dolor físico, no a uno emocional. Todos los adultos a quienes les pregunté cuál había sido su peor dolor, respondieron con uno emocional, y esto fue una sorpresa para mí. Yo quería que me contaran de la ocasión en que se habían fracturado un brazo o de un dolor de muelas o de espalda o una operación; pensaba que iban a responder con dolores físicos. Fue un descubrimiento saber que las personas padecen más sus dolores emocionales y que pueden durar muchos años. Humberto hizo una observación hace como cuatro años cuando le mostré el proyecto “¿Cuál ha sido tu peor dolor?”, me preguntó, “¿entonces a los 30 años no tenías un dolor por una ruptura amorosa o un dolor emocional?”. Y no, no lo tenía.
Me he dado cuenta de que, en ciertas situaciones, reacciono de una manera que no es la esperada por la otra persona. Una vez fui con Isaac e Iván a La Estanzuela. Íbamos por el río y de repente Iván resbaló. Mi primera reacción fue preguntarle, “¿no se mojaron las llaves?”. Le había dado a cuidar las llaves de mi camioneta. Iván se estaba agarrando de una piedra y le volví a preguntar, “¡¿no se mojaron las llaves?!”. Y él, “no, Yolanda, yo estoy bien y las llaves no se mojaron”. Y así podría contar muchas situaciones similares. Después me doy cuenta de que en ciertas circunstancias los amigos tenían la expectativa de que iba a reaccionar con empatía o apoyo cuando estaban pasando por una situación difícil o de desamor, y se quedaron esperando. Creo que es porque no soy una persona sentimental y por eso reacciono así o no reacciono.
Y está bien raro porque me gusta ver películas del género comedia romántica. Hace rato cuando estaba escribiendo la carta hice una pausa y me fui a ver un rato la tele. Empecé a cambiar los canales y en uno estaba la película La boda de mi mejor amigo, y me puse a verla hasta que terminó, a pesar de que estaba doblada al español. Me gusta mucho ver la escena donde están en el restaurante y la mamá de Kimberly le pregunta a George “¿cómo se conocieron tú y Julianne?”. George responde que en un manicomio, él estaba con Dionne Warrick (un paciente que se creía Dionne), cuando vio entrar a Julianne. George le preguntó a Dionne “¿quién es ella?” y Dionne empezó a cantar: The moment I wake up, before I put on my makeup, I say a little prayer for you… y de repente, todas las personas en el restaurante están cantando la canción. Como ésta, hay muchas comedias románticas que disfruto ver. Claro que también me gusta ver películas de crimen y en especial las que en inglés se denominan crime comedy. Mira, me estoy dando cuenta de que en realidad me gustan las películas de romantic comedy y de crime comedy y es porque las dos tienen la palabra comedy. Yo pensé que me gustaban las películas de comedia romántica porque era romántica. Y no, ¿verdad?
Pero entonces… ya no sé qué más decir, mejor ya no trato de dar una explicación.
Mejor termino diciendo que esta es una carta de amor y que donde hay amor, hay comedia.
Abrazo,
Yolanda